Marte siempre ha sido un eje central en la especulación sobre la existencia de vida extraterrestre desde que empezamos a considerar esa posibilidad. Aunque cuando logramos fijar nuestros telescopios en el planeta rojo no descubrimos civilizaciones, los progresivos descubrimientos en torno al planeta han hecho mantener la esperanza.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que al hablar de vida en Marte podemos hablar de vida presente o de vida pasada. En cualquiera de los casos es probable que la vida en el planeta vecino nunca pasara de la etapa microbiana, pero de lo que podemos estar bastante seguros es de que, si aún existe vida en Marte, será microscópica.
Uno de los ingredientes clave en Marte (además del agua y otros compuestos orgánicos) es el metano. El metano es una molécula orgánica, que puede aparecer tanto a través de procesos bióticos (relacionados con la vida) como abióticos (los no relacionados con la vida, como los geológicos). La detección de este gas en Marte ha sido irregular y esporádica, concentrada en regiones e intervalos temporales concretos.
En cualquier caso el metano no dura mucho en la atmósfera, por lo que, sea lo que sea que produce metano en Marte, debería haber estado activo hace tan solo unos cientos de años a lo sumo. Durante años hemos creído que Marte era geológicamente inerte, pero cada vez estamos más seguros de que no es así. Prueba de ello es su actividad sísmica.
La presencia del metano también podría explicar la presencia de otros compuestos orgánicos. Según explica en un artículo en The Conversation el bioquímico y experto en astrobiología César Menor-Salván, un ejemplo de estos compuestos sería la naftalina o naftaleno, un compuesto orgánico aromático (químicamente hablando) cuya presencia puede tener un origen abiótico.
Los indicios de que Marte fue habitable un día se acumulan y las sucesivas misiones que hemos enviado al planeta rojo, tanto las que lo orbitan como las que se han posado sobre él lo confirma. Marte contó en su día con lagos, mares y ríos en su superficie. De éstos queda poco, algo de hielo, quizás (aunque de esto no estamos tan seguros) algo de agua en su subsuelo.
Uno de los problemas es que Marte lleva “seco” muchos años y no sabemos durante cuánto tiempo albergó condiciones óptimas para la vida. Es perfectamente plausible que Marte fuera habitable, pero no durante el suficiente tiempo como para que la vida pudiera desarrollarse en este entorno.
Es indudable que existen indicios compatibles con la vida presente o, más probablemente, pasada. Pero están lejos de ser pruebas de la existencia de vida marciana. El famoso concepto de la navaja de Ockham afirma que la explicación más sencilla tiende a ser la correcta.
En el caso de Marte, esto implica que la materia orgánica hallada es compatible con un origen abiótico, es decir, no estaría vinculado con la vida. Por ahora todos los indicios hallados son compatibles con explicaciones que no requieren la presencia de vida.
Menor-Salván concluye que efectivamente, “Marte pudo ser habitable, pero no hay evidencias de que la vida se haya originado allí. No hay ni compuestos orgánicos que puedan interpretarse como biomarcadores, ni huellas geoquímicas o mineralógicas de actividad de seres vivos.”
Buscar vida en otro planeta es más complicado de lo que podría parecer. Aún existen rincones inexplorados en nuestro planeta y una cantidad innumerable de formas de vida que no conocemos. Un gran paso sin duda se dará cuando lleguen a la Tierra las primeras muestras del suelo marciano.
Hoy por hoy existen dos proyectos con este fin. Uno, fruto de la cooperación entre las agencias espaciales europea (ESA) y estadounidense (NASA) y otro liderado por China. Las misiones son diferentes en muchos aspectos pero comparten el año 2033 como fecha en la que dispondremos de estas muestras.
Un dato puede servir para poner en perspectiva lo poco que hemos podido explorar el planeta vecino: el recorrido total realizado por los rovers que hemos enviado (vehículos como Opprotunity, Curiosity o Perseverance) es de aproximadamente 85 kilómetros (aunque no sean los únicos vehículos con los que contamos).
Así las cosas, la búsqueda de la “prueba irrefutable”, biofirmas o biomarcadores cuya existencia no pueda ser explicada a través de las hipótesis abióticas, permanece elusiva. Ni qué decir la observación directa de vida o restos fósiles de vida.
Así las cosas muchos expertos han puesto su mirada en otros planetas, como Venus. Y cada vez más en otros satélites. Sin tener que viajar a lejanos exoplanetas, los candidatos a albergar vida no son pocos en nuestro sistema solar.
Los mundos oceánicos como Encélado o Europa, e incluso Céres, son quizá los candidatos predilectos para encontrar vida en nuestro entorno. Estas lunas cuentan con agua líquida encapsulada bajo una superficie de hielo. Esta agua interactúa con la actividad geotérmica generando los ingredientes necesarios para la aparición de la vida. Y quizás mejor aún, para su supervivencia presente
Imagen | NASA Goddard Space Flight Center
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10 comentarios
Piter_Parking
hosti... ¿Qué pinta en el titular lo de la tormenta de polvo para que sea un motivo para no albergar vida? Y luego en el artículo ni se mencione para nada eso xD xD
bufff... es que de verdad que cuando la burbuja de los clickbait explote, espero que no os preguntéis cuál es la razón y que injusto es todo... porque es que os esforzáis mucho en seguir cayendo en picado...
antontxu
Artículo y titular, cada uno por su lado.... Y el caso es que ahí sigue .... con dos 🥚🥚
ChatGPT lo haría mejor....
Kiskillas
Hablan de tormenta en el título como motivo... pero luego nunca mas se supo en todo el artículo.
Pero tiene sentido que dificulte cualquier exploración. Marte en sus orígenes como reza el artículo tenía ríos de agua, y mares, atmósfera... pero según se cree, eso duro poco, solo unos pocos cientos de millones de años. De modo que ya no hay atmósfera, ni agua líquida en abundancia, desde hace al menos dos mil millones de años. Cualquier vida que pudiese haber llegado a existir, ahora está sobre capas y capas de arena y polvo. Solo tenéis que ver por ejemplo que todas las construcciones antiguas, griegas a o romanas por ejemplo, están todas mucho mas abajo de nuestro suelo actual. Eso es porque el polvo, grano a grano, se va a cumulando y nuestro suelo va ganando en altura. Y esto solo en 2.000 años. Imaginemos en miles de millones de años...
Pero es que encontrar vida en Marte nunca fue considerada una aventura sencilla. Nadie esperaba, aunque la esperanza nunca se pierde, tocar la superficie y encontrar vida. Puede que no exista en absoluto, o puede estar concentrada bajo el subsuelo, a muchos metros, incluso kilómetros de profundidad. Aquí en la Tierra se han hallado muchos "oasis" de vida microbiana a muchísimos metros de profundidad bajo el suelo en muchas partes del mundo, además de la sospecha de que hay mas agua subterránea que en la superficie, concretamente en la zona de transición entre el manto superior e inferior de la Tierra, y esto se sitúa a unos 30km de profundidad y llega hasta los 600...
Me temo que descartar la vida en Marte no va a ser sencillo. De haber llegado a existir algún ser vivo macroscópico o microscópico, estará a muchos kilómetros bajo tierra (mucho mas profundos que los fósiles de dinosaurios), y de haber existido grandes cantidades de agua, puede haber parte (o casi toda) actualmente en el subsuelo, como aquí en la Tierra. Y esto con nuestros aparatos superficiales que no han podido ni perforar unos pocos centímetros... pues está complicado.
Además, Marte pese a ser mas pequeño que nuestro planeta, es inmenso. Hay tantísimos lugares donde buscar... aquí es mas fácil encontrar vida en el Amazonas que en el desierto del Sahara. Incluso aunque llevásemos extintos millones de años sería mas fácil encontrar restos en las zonas del Amazonas. Nosotros lo sabemos, pero de Marte saber lo que se dice saber, sabemos bien poco al respecto.
Yo siempre he puesto más ilusión en satélites como Europa para encontrar vida. Efectivamente pudo existir (o incluso seguir existiendo) vida microscópica en Marte, pero aunque la esté pisando el Rover de turno no la veríamos con esos instrumentos que llevan... van a traer material de allí en futuras misiones para analizarlo. Lo mismo nos sorprendemos... pero eso si que es una aguja en un pajar, y que exista en la superficie, con la de kilómetros que se ha acumulado de polvo... bastante optimista.
Otro tema interesante es si podemos asegurar al 100% que en los aparatos que hemos posado en Marte no había absolutamente ningún ser microscópico importado de la Tierra? Porque allí no lo sabemos, pero aquí si sabemos cómo se las gastan los microorganismos... son casi indestructibles, y se adaptan incluso a los medios mas inhóspitos en muy poco tiempo. Puede que pronto encontremos vida en Marte... la que nosotros hemos llevado.
Saludos.
Usuario desactivado
Y la tormenta de polvo que tiene que ver con el origen del metano marciano? Que artículo sin pies ni cabeza!
Eflosten
Si le pido a OpenAI que redacte el articulo pasándole el titular, tiene mas sentido de lo que habéis puesto vosotros (no demasiado, pero al menos intenta juntar los conceptos en una narrativa coherente).
Si vais a seguir así, podéis ahorraros el pagar a redactores e implementar directamente las inteligencias artificiales.
Lo que ha sido xataka y lo que es, madre mia...
tecnoman
"Nunca albergó vida "
Jajaja