¿No estáis un poco cansados de que todo sea tan smart? La pasada feria del CES nos ha sorprendido con nuevos ¿logros? tecnológicos que han tratado de sacar partido de la fiebre por los dispositivos conectados e inteligentes de formas que rayan lo absurdo y lo ridículo.
Lo hemos visto por todos lados: calzoncillos inteligentes, almohadas inteligentes, botellas inteligentes, duchas inteligentes, patos de ducha inteligentes, cepillos de dientes inteligentes o tazas de té inteligentes que han acabado por hartarnos y que además esconden una peligrosa amenaza: la de monitorizar aún más lo que hacemos. Lo smart se ha vuelto cansino.
¿De verdad necesita el mundo un peine conectado?
No hay empresa que últimamente no aproveche esta infernal palabreja. Incluso aquellas que uno no asociaría de primeras al segmento de la tecnología, como ocurre con L'Oreal.

La firma se alió con Withings para presentar un peine o cepillo de pelo "inteligente" que recolecta datos mientras te peinas y te cepillas tu cabellera. Como explicaba TC Sottek, redactor en The Verge:
Es fácil reírse de un cepillo de pelo conectado, pero es solo parte de una historia mucho más grande que se ha estado desarrollando cada vez más rápido cada año que pasaba desde la adopción masiva de los teléfonos y las redes móviles. Ahora todo quiere ser parte de la red, y quiere recolectar tantos datos como sea posible.
La realidad, como decía este experto, es cruel y real: la de que de repente nos encontramos con dispositivos absurdos (para la mayoría de la gente) como este que cuestan 200 dólares y que pocos comprarían, pero que más allá de proporcionar una mejor experiencia de uso a la larga, o diversas ventajas para el usuario, acaban convirtiéndose en espías de todo lo que hacemos. Hasta de peinarnos por la mañana.
La privacidad en el punto de mira
Los peligros de estos dispositivos son evidentes, y de hecho ese era el tema central de la charla "Retail Surveillance" que un experto de seguridad realizaba durante la celebración del Chaos Communication Congress (33c3).
En dicha charla se hablaba de cómo la experiencia de comprar en tiendas físicas y online se está convirtiendo en una peligrosa reveladora de preferencias y gustos sobre todo el mundo. El seguimiento de la ubicación de nuestros smartphones o el reconocimiento facial para el ámbito del marketing vía correo electrónico están ya muy integrados en esa industria, pero hay más amenazas.
De hecho los algoritmos de visión artificial son capaces de sacar conclusiones incluso de temas aparentemente irrelevantes como la ropa que llevamos puesta cuando vamos a comprar ropa. Todo está expuesto, y en dicha charla se indicaba cómo la cantidad de atributos faciales que se pueden recolectar a partir de una imagen de un rostro con un tamaño de tan solo 100x100 píxeles es asombrosa.
En realidad esta charla era una de las muchas dedicadas a temas en los que esa vigilancia extrema y esa recolección masiva de datos eran protagonistas. La citada fiebre por los dispositivos conectados promete hacernos la vida más fácil y mejor, pero también amenaza con servir para alimentar ese voraz apetito por conocerlo todo sobre nosotros.
Igual sería mejor un mundo menos 'smart'
Llegados a este punto tengo que hacer una confesión: como cualquier hijo de vecino me he contagiado de la fiebre de dispositivos inteligentes, y en mi familia de conjuntos 'smart' tengo una televisión, un teléfono o un reloj que tienen un común denominador: en todos ellos sé a lo que me expongo cuando los utilizo.

Eso hizo que recientemente me comprar una televisión tonta. Súpertonta, de hecho. Lo he hecho con la tranquilidad de saber que lo que me propone mi otra tele (la "inteligente") no me sirve de nada, porque de hecho utilizo una ínfima parte de sus capacidades y siempre tengo la sospecha (fuerte) de que la tele está recolectando más datos de los que debería, como ocurre a diario con aquello que hago en mi PC, en mi portátil o en mi smartphone.
Pero como decía, en estos dispositivos tengo aún cierto control sobre lo que hago y lo que cedo. Puedo dar ciertos pasos para proteger mi privacidad (un poco) y hasta cierto punto sé los sacrificios que hago para usar esos dispositivos y los servicios a los que accedo desde ellos.
La cosa se complica con este nuevo mundo hiperconectado, y eso es lo que me (¿nos?) asusta: el que mi frigorífico, mi cepillo de dientes, mi peine, mis calzoncillos, mi cinturón, mi camiseta o mi altavoz estén monitorizándome constantemente y recolectando datos para hacer dios sabe qué con todos esos datos. Estoy cansado de que todo sea tan 'smart', pero este mundo cada vez está más empeñado en serlo, y no sé si estoy (¿estamos?) preparados para ello.
Me da que no.
En Xataka | Por favor máquina, no me escuches tanto
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innova
Al final lo único que no va a ser Smart serán los compradores.
whisper5
Siento que en la informática, como en otras muchas cosas de la vida, nos estamos dejando llevar por las sendas que nos marcan, sin cuestionarnos si el camino llevará hacia donde nosotros queremos ir.
Está claro que aunque nosotros, los usuarios, no sepamos hacia donde vamos, las empresas saben perfectamente hacia dónde nos quieren llevar.
Quieren nuestros datos, y los quieren porque valen mucho dinero. Si observamos a las grandes empresas tecnológicas (Google, Apple, Microsoft, Amazon y Facebook) desean nuestros datos por dos razones principales:
1) Crear un perfil nuestro para bien vendernos algo o mostrarnos publicidad.
2) Todas están invirtiendo muchísimo en inteligencia artificial y para entrenar a esos sistemas necesitan enormes cantidades de datos, que nosotros les damos gratuitamente.
Otra informática es posible, pero no interesa a las grandes empresas. Mozilla creó el sistema operativo para móviles Firefox OS, que no requería estar identificado para usarlo, justo lo contrario que pasa con Android, iOS o Windows Phone, que todos quieren identificarnos para poder utilizar el teléfono. Chrome OS, MacOS y Windows 10 también quieren identificarnos con una cuenta de Google, un Apple ID o una cuenta de Microsoft. Otra forma de informática personal es posible, ahí tenemos todos los sistemas operativos basados en Linux que no tienen detrás a ninguna empresa que exija nuestros datos o nos quiera identificar.
Muchas veces se nos quiere vender la identificación como algo imprescindible para darnos un buen servicio, pero no es cierto. La informática anónima existe pero no interesa a las empresas. Un ejemplo muy claro es la aplicación de mensajería instantánea Signal. Sus funciones son similares a WhatsApp, pero mientras WhatsApp se queda con nuestra libreta de contactos telefónicos, Signal no lo hace. De hecho los teléfonos de nuestros contactos no viajan a sus servidores sino un código generado de ellos (SHA-256) que posteriormente se descarta.
Nosotros decidimos los productos que compramos. Al final tendremos la informática que nosotros elijamos.
elretrogamer
Hombre que el calzoncillo te avise por wassup que tu ventosidad venia realmente con regalo no tiene precio....
warp68
Tú imagínate a los hackers entrando en tu smartzoncillo, tu smarttampón o tu smartvibrador y montándose un big data con tus costumbres urinarias, menstruales o sexuales...
Ver una subasta de eso en la deep web no tendría precio.
draghann
Un mundo smart para una población cada vez más tonta...
whisper5
Las charlas que se mencionan en el artículos no las conocía hasta que la semana pasada, por casualidad, llegué a esta:
https://www.youtube.com/watch?v=kd6NKvwQVbM
que explica cómo recopilan nuestros datos, los cruzan con otros datos y forman perfiles personales con miles de factores. Esos perfiles se venden y se compran sin nuestro conocimiento ni nuestro consentimiento.
avenger337
Todo esto se ha vuelto tan "Smart estúpido"
l0ck0
yo sigo sin nada smart, por mi que sigan sacando toda la smartmierda que quieran que seguire sin comprarlo
Usuario desactivado
Yo me imagino que las grandes compañías dueñas de los dispositivos que nos observan, nos escuchan y leen nuestros mensajes, ya sabían con antelación que candidato a la presidencia de EEUU saldría ganador.
ZellDich
Me quede con la duda, ¿que hacen los smart calzoncillos?
warp68
Yo creo que la inundación se debe a que todo lo conectado parece funcionar, pero al final es una cuestión de supervivencia del más apto. El producto idiota se queda en las estanterías y el útil te lo llevas a casa.
¿Cuántos accesorios idiotas vimos para la Wii? ¿Cuántas ginebras premium hay en las licorerías?
Contra el vicio de vender está la virtud de no comprar.
polsurinach
Espero que los "calzoncillos smart" no sean los de la foto, porque ahí pone claramente que llevan fibra de plata para bloquear precisamente las ondas externas de los dispositivos electrónicos.
Es de todo menos smart, igual que la mayoría de compradores de electrónica de consumo.
antonio.vazquez.7121
Y cuáles son esos peligros, que te envíen un anuncio de que tus hamburguesas preferidas están hoy de oferta?
Mejor un anuncio al azar, sobre las costumbres de la musaraña asiática?
Miguel
Javier tu es que de estas cosas no entiendes xD TODO tiene que ser SMART y SIN GLUTEN, sin LACTOSA, sin FRUCTOSA, sin ALCOHOL, etc, etc,... xDDD
https://twitter.com/majara0/status/648232994730311681?lang=es
Ojo! aún siendo SMART puede CONTENER TRAZAS!! xDDD
xxoacxx
Pues yo me quede con ganas de saber como funcionan esos calzoncillos smartt jajajaja pero bueno. en cuanto a la privacidad, siempre se ah echo los estudios de mercadeo, ahora es mas facil solo tomar datos, no se por que tanto desmadre por creer que estamos siendo revisados, como si nos importara la platica que tiene con su novio gay, ademas el estar conectado a la RED nos trae ese riesgo, simplemente, desconectense, dejen de usar todo eso.