Cada vez que veo un robot humanoide bailando en una exhibición (ahora está muy de moda ponerlos en cualquier evento, visten mucho) o tropezando torpemente mientras intenta correr una maratón, no puedo evitar pensar que estamos persiguiendo un espejismo. Una quimera tecnológica que responde más a nuestras fantasías culturales que a necesidades industriales reales.
Según explica el Wall Street Journal, China y Estados Unidos están enzarzados en en una carrera por dominar el campo de los robots humanoides, con el gobierno chino designándolo como prioridad estratégica respaldada por un fondo de inversión de 138.000 millones de dólares. El CEO de Nvidia, Jensen Huang, no se ha cortado: "El tiempo de los robots humanoides ha llegado. Esta podría ser la industria más grande de todas". Una afirmación formidable respaldada por inversiones formidables.
La obsesión con replicar nuestra forma corporal en máquinas parece un eco de nuestra vanidad colectiva, un narcisismo tecnológico antiquísimo que se remonta como mínimo a la obra 'R.U.R.' de Karel Čapek, quien acuñó el término "robot" en 1920.
- ¿Por qué insistimos en robots con dos piernas cuando las ruedas son más eficientes en la mayoría de entornos? Boston Dynamics ha invertido décadas y cientos de millones en conseguir que Atlas camine como un humano, cuando un robot con tracción mecánica habría superado los mismos obstáculos con una fracción del coste energético.
- ¿Por qué brazos y manos que imitan las nuestras cuando apéndices especializados podrían hacer mejor ciertas tareas? La historia de la robótica industrial nos muestra que la especialización supera a la generalización. Un brazo robótico industrial de seis ejes diseñado específicamente para soldar es infinitamente más preciso que cualquier intento de replicar la destreza humana.
La respuesta dice más sobre nuestra psicología que sobre ingeniería pragmática. Hay algo atávico en nuestro deseo de crear a imagen y semejanza.
Según el artículo del WSJ, los robots humanoides de UBTech tardan cuatro veces más que un humano en cargar un simple contenedor (doce segundos vs tres). Un dato que debería ser una señal de alarma para cualquiera con sentido crítico. Quizás estemos confundiendo el mapa con el territorio, la estética con la funcionalidad.
Miremos donde realmente está pasando algo interesante: en esas mismas fábricas chinas, el éxito no viene del humanoide aislado, sino de ecosistemas donde conviven robots de todas las formas posibles, cada uno especializado en lo que mejor sabe hacer. Vehículos guiados automatizados, brazos robóticos, cintas transportadoras inteligentes, drones de interior... Toda una biodiversidad artificial que opera en conjunto. La naturaleza no eligió una única forma para todos los animales, ¿por qué deberíamos nosotros caer en esa trampa morfológica?

Los promotores de robots humanoides argumentan que estos se adaptarán mejor a entornos diseñados para humanos sin necesidad de modificarlos. Un razonamiento que parece impecable hasta que profundizamos: ¿acaso no modificamos constantemente nuestros entornos para adaptarlos a las nuevas tecnologías? Si hasta Instagram está cambiando las ciudades. La historia de la industrialización es precisamente la de adaptar espacios a máquinas, no al revés.
Es el mismo espejismo que aún vemos con los coches autónomos, empeñándonos en mantener esa disposición de asientos mirando al frente cuando ya no hay volante ni conductor. Qué desperdicio de posibilidades. Zoox, la empresa de vehículos autónomos comprada por Amazon, lo entendió bien cuando diseñó su taxi robótico: sin volante, con asientos enfrentados y una experiencia pensada desde cero, no como remiendo de lo que ya existía.
La innovación exigirá que dejemos de contemplarnos el ombligo robótico y empecemos a pensar en necesidades concretas y soluciones específicas, no de nostalgias antropomórficas. Tesla, con su Optimus, necesitó operadores humanos para controlar sus humanoides mientras fingían autonomía en su evento de octubre. Una metáfora perfecta de cómo nuestra obstinación por la forma humana nos lleva a teatralizar lo que aún no podemos conseguir.
Al final la carrera que importa no es la del robot que mejor imite nuestros tropiezos al bajar escaleras, sino la del que resuelva problemas de formas que ni siquiera podemos imaginar todavía. El robot revolucionario de verdad quizás no se parezca en nada a nosotros, y eso será su grandeza.
Quizás deberíamos recordar que la rueda —el invento que más ha transformado nuestra civilización— no existe en la naturaleza. La innovación real empieza cuando dejamos de imitarnos a nosotros mismos.
Imagen destacada | Xataka
Ver 15 comentarios
15 comentarios
shyrka
No estoy de acuerdo con el fondo del artículo.
Si la razón de que los robots humanoides están adaptados a funcionar en un entorno diseñado para el uso humano parece buena, es porque lo es, no hay que rascar mas.
Adaptar nuestro entorno a las máquinas es un error garrafal, profundizar en el diseño de las ciudades para adaptarse a la tecnología en vez de al hombre solo hará las ciudades mas hostiles y enfermizas, lo estamos viendo con el error de convertir ciudades en autopistas para coches.
Fuera de entornos especializados como fábricas automatizadas y otros ejemplos de entornos productivos u hostiles como minas, etc... igualmente válidos, los entornos para que viva el ser humano deben estar adaptados a sus necesidades y por tanto los robots deben parecerse a un humanoide si quieren convivir con nosotros para ayudarnos en nuestras tareas.
Eso no invalida que haya robots especializados en tareas concretas en entornos determinados, pero por ejemplo no parece muy adecuado encontrarte con un robot araña por la calle que recoge basura por eficiente que sea. Mucho mejor con un robot humanoide que no genere rechazo.
reiizumi
Me ha recordado Star Wars entre otras. Un robot pilotando un coche, dedicado en exclusiva a ello. Sería más óptimo y fácil hacer que el coche fuera automático.
Un robot humanoide tiene ventajas para realizar tareas de diferentes tipos, pero la robótica actual está lejos de eso, conseguir que un robot realice 1-2 tareas perfectamente ya es complicado. Así que las versiones humanoides no nos aportan nada.
lhoqvso
Pues me parece un buen artículo! Quizás de cara al rechazo que sentimos por estos aparatos y darle una calidez familiar es por lo que se les da apariencia humana.
Creo que aunque hay forma mejores para realizar las tareas, al final queremos algo que nos sea familiar aunque funcionalmente pueda ser peor. Queremos un robot que pase la aspiradora y no un robot aspiradora. Pensamos que para hacer tareas humanas lo mejor es un robot con pinta humana. Y como he dicho antes, una apariencia humana lo hace más fácil para tenerlo alrededor.
El problema también es el valle inquietante… algo que es muy parecido pero no igual que un humano nos provoca un rechazo inmediato.
Quizás algo como un wall-e o similar, que nos parezca un robot como características antropomórficas pero sin intentar ser un humano sería la mejor aproximación.
En lo que estoy de acuerdo es que queremos un robot que nos haga las tareas pesadas y tediosas de los humanos… y lo escribo mientras me espera la colada de la lavadora… cosa que odio hacer… ains! Estaría dispuesto a pagar el precio de un vehículo para tener un robot que me hiciera las tareas domésticas… limpieza, colada, comida, compras,… y yo pudiera encargarme de las tareas que no espero que el robot haga… la parte más humana. No quiero un aparato de compañía… aunque, inevitablemente, me acabará encantando tener…
dani
Más allá de que algunas formas son mucho más eficientes (ruedas combinadas con patas como el robodog de Unitree), los robots específicos es lo que se ha usado siempre, y bien están donde están, como en las fábricas de automoción, no tiene sentido llevar robots humanoides o generales a realizar tareas específicas a largo plazo, el sentido lo tiene cuando las tareas y los entornos son cambiantes.
pipas75
A mi me da igual mientras me haga la cama, limpie los baños y el resto de la casa.
gonzalogarciapoveda1
No estoy de acuerdo xD
espiralvex
Muy buena exposición. Saludos
cris11ac
Yo para que quiero un robot con ruedas si en mi casa hay mil trillones de escaleras?
Exos
El artículo parte de una contraposición que no existe. Se están desarrollando tanto robots androides como no androides, es más, se ha invertido mucho más en los no androides. Solo hay que echar un ojo a la robótica industrial actual.
¿Por qué hay que desarrollar los androides? Porque si haces un robot que pueda moverse como un humano podrán hacer trabajos de humanos, podrá apartarse a muchos entornos y hacer una gran variedad de funciones. Si quieres un robot para hacer un trabajo muy específico, o un tipo de trabajo que no hacen las personas, no tendrá forma humana.
rabiesan
Efectivamente, el humanoide tiene una utilidad muy restringida porque no hay nada que se pueda acercar a un cuerpo humano, la máquina más perfecta posible, y las casi infinitas posibilidades que permite.
Esto parece más bien una batalla por la imagen, poco útil en sí misma pero enardecedora como la presunta llegada del hombre a la Luna.
alexgsarria
Porque si haces un robot especializado para una tarea solo servirá para esa tarea. Mientras si haces uno humanoide servirá para, casi, todo.
Así de simple.
nealjimenez
Buen artículo, buena fuente de opinión WSJ. También los comentarios enriquecen la discusión. Conclusión, el tiempo, el mercado y los recursos dirán qué es lo que se hará.
Tau-Z
Al redactor:
TODOS, sabemos que quiere usted un/a RoboPilingui convincente en todos los aspectos y con la cara de su actor /actriz preferido, y orejas de Gato.