Donald Trump acaba de dar luz verde al listado de criptomonedas que formarán parte de la reserva estratégica de criptomonedas en EEUU. Su llegada supone el fracaso de los fundamentos sobre los que se creó el bitcoin y el resto de criptomonedas: una economía "descentralizada" libre del poder de los gobiernos.
La reserva estratégica de criptomonedas. En julio de 2024, la senadora de Wyoming Cynthia Lummis presentó un proyecto de ley para la creación de una "reserva estratégica de bitcoins". Esta reserva se generaría a partir de los diferenciales entre la Reserva Federal y el Tesoro de Estados Unidos, invirtiendo ese excedente en bitcoin u otras criptomonedas para mantener un valor estable. La primera propuesta de Lummis era hacerse con el control de 1 millón de bitcoins, el 5% del total existente.
El objetivo de obtener un gran volumen de criptomonedas es que, un estado o entidad gubernamental (en este caso EEUU, aunque puede extrapolarse a cualquier otro país) adquiera y mantenga un volumen significativo de criptomonedas. Ese volumen le servirá como respaldo financiero alternativo ante situaciones de crisis económica, tensiones geopolíticas o fluctuaciones abruptas en el valor de las bienes y activos tradicionales.
La contradicción. La creación de esta reserva convierte a los estados en salvaguardas de la estabilidad en el precio de las criptomonedas ante la previsibilidad de sus planes de inversión pública, o verdugos de sus inversores cuando decidan deshacerse de sus enormes posiciones. Trump ya mostró su intención de hacerse con el control de bitcoin utilizando esta fórmula, según informaba Reuters.
En definitiva, como gigantescas ballenas del mercado, los estados tomarían el control del valor de las criptos como lo hacen con el oro, o con la intervención en la moneda fiat. Solo tienen que cambiar su comportamiento con respecto a esa moneda y su valor crecerá o se devaluará. Cuando Trump le ha dado su apoyo, el precio de las criptomonedas ha crecido, cuando la Administración Biden se lo retiraba, se desplomaban.
El problema: las criptomonedas no existen. Las voces contrarias a la medida aprobada por Donald Trump de crear una reserva nacional de criptomonedas señalan que, a diferencia de otras reservas, las criptomonedas son un instrumento meramente especulativo en el que su valor depende de lo que el comprador esté dispuesto a pagar por él.
Los estados utilizan sus reservas estratégicas nacionales (de petróleo, gas, oro, grano o vacunas) para amortiguar el impacto del encarecimiento de esos bienes ante su escasez de suministro, crisis geopolíticas, etc.
Es decir, tienen un impacto sobre los suministros y servicios de sus ciudadanos. En cambio, una reserva de criptomoneda únicamente beneficiaría a aquellos que tengan inversiones en las criptomonedas elegidas, sin importar si viven en EEUU, China o Mozambique, tal y como señalan desde Financial Times. "El fondo daría a los especuladores de bitcoin la seguridad de que cuando llegue la crisis, el Estado utilizará este fondo para rescatarlos", señalaba Ramaa Vasudevan, profesor de economía en la Universidad Estatal de Colorado a Investopedia.
EEUU decide a los ganadores. Con la creación de esta reserva estratégica de EEUU, la supuesta libertad de las criptomonedas se ha visto condicionada por la elección de unas determinadas divisas, que aseguran su estabilidad y crecimiento futuro, frente a otras que no cuentan con ese soporte, como recuerdan en CNBC.
Adam Blumberg, cofundador y vicepresidente de servicios de asesoría de Enclave Group señalaba la enorme contradicción que existe en que un gobierno (sobre todo el de una superpotencia como EEUU) controle un activo descentralizado.
"En las próximas elecciones podría llegar una nueva administración que necesite encontrar dinero para pagar deudas o de la seguridad social, y podrían vender la reserva. [Las criptomonedas] No fueron creadas para eso y pone demasiado poder en manos del gobierno federal, que siempre está en un ciclo de cuatro o incluso dos años", aseguraba el experto.
Fin del sueño de libertad. Como señalaba Bloomberg en una de sus editoriales, el origen de las criptomonedas era permitir a las personas realizar transacciones económicas sin intermediarios centralizados como bancos o gobiernos. Con la creación de esta u otras reservas estatales, lo que nos encontramos son activos avalados y controlados por los gobiernos y organismos de los que intentaban huir que invierten en ellos el dinero de todos los ciudadanos (quieran o no invertirlo).
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Imagen | Flickr (Gage Skidmore), Unsplash (Art Rachen)
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