El precio de la vivienda lleva décadas siendo una de las principales preocupaciones de los españoles. El encarecimiento del precio del alquiler está tensionando aún más el mercado inmobiliario. Para muchos, la solución a ese problema pasa por construir más viviendas.
El gran problema al que se enfrenta España en este sentido ya no sería disponer de espacio para esas viviendas, sino quién las va a construir, debido a la gran escasez de mano de obra cualificada en el sector de la construcción.
Albañil, soldador o fontanero en vías de extinción. Según el último informe de EURES (Servicio Europeo de Empleo) sobre escasez y excedentes de mano de obra se alerta de que casi la mitad de las ocupaciones clasificadas en la categoría de profesiones con escasez de mano de obra pertenecen al sector de la construcción.
Se trata de trabajos específicos para los que se requiere una formación de varios años para su desarrollo, que se ha agravado todavía más con el envejecimiento de las plantillas y con retorno de parte de la población migrante, a sus países de origen. Buena parte de esta población había ocupado durante décadas estos puestos y ahora no tienen un reemplazo generacional que cubra la demanda.
Un sector poco atractivo. Un informe de la Federación Europea de la Industria de la Construcción (FIEC) señala que uno de los factores decisivos para esta situación de escasez de mano de obra radica en que el sector no ha sabido presentarse como una opción atractiva para los jóvenes.
La patronal sectorial ha reconocido que se ha mostrado su actividad como tediosa, con grandes exigencias físicas y potencialmente peligrosa. Según el informe, esa mala proyección también está detrás de la escasa presencia femenina en el sector, que cuenta con una presencia de solo el 15%.
Décadas de precariedad. Los datos del informe apuntan a que los jóvenes han dejado de ver al sector de la construcción como una opción para desarrollar su carrera profesional por considerarlo un sector muy inestable en cuanto a temporalidad de los contratos por obra y servicio. En 2008, el 25,2% de los empleados del sector tenían menos de 30 años. En 2022, ese porcentaje bajaba hasta el 9,2% del total de fuerza laboral del sector.
La sectorial destaca que gran parte de la actividad en este sector se lleva a cabo mediante subcontratas o trabajadores autónomos. Los datos estadísticos facilitados por el Ministerio de Trabajo y Economía Social corroboran esta afirmación situando al sector de la construcción como el segundo que más trabajadores autónomos concentra (12,1%), solo por detrás del sector Servicios (73,9%).
Cambio de tendencia. EURES destaca que el refuerzo de la FP como un modelo formativo con amplias salidas profesionales y la transición ecológica están marcando un cambio de tendencia en el que cada vez más jóvenes miran al sector de la construcción. La necesidad de construir parques eólicos y estaciones para energía solar está dando un carácter más técnico a este sector impulsando nuevas profesiones que tienen buena acogida entre los estudiantes de FP.
Proyectos financiados desde la UE como "Woman Can Build" están redefiniendo los roles en el sector de la construcción, eliminando la idea tradicional de no ser un sector "para mujeres", incrementando de ese modo su base laboral.
Un relevo que no llega a tiempo. Pese a ese cambio de tendencia entre los jóvenes, desde la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) apuntan a que en la actualidad se necesitan unos 700.000 profesionales cualificados.
Aunque el sector aplaude el refuerzo en formación de la FP, aseguran que esa es una solución a medio plazo que todavía tardará algunos años en mostrar su efecto sobre el mercado laboral, por lo que apuestan por recuperar la figura del aprendiz de entre 16 y 18 años, de manera que estos alumnos puedan realizar prácticas a pie de obra y acelerar su formación.
Imagen | Unsplash (Josh Olalde)
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