Sin ayudas, España se desenchufa del coche eléctrico. Las promesas de 2024 se han incumplido y la hoja de ruta es incierta

  • El coche eléctrico necesita de ayudas para seguir creciendo y España no las tiene en el horizonte

  • Sin Plan MOVES III, la subvención al coche eléctrico parece haber quedado en un segundo plano

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Al coche eléctrico en España no le estaba yendo todo lo que se esperaba. En 2024, la venta de este tipo de automóviles apenas creció un 4,21% hasta alcanzar los 65.478 coches eléctricos. Pero, a pesar de este aumento, la cuota de coches eléctricos ha caído ligeramente al 5,36%, por debajo del 5,56% de 2023.

Si echamos un vistazo a los datos de ACEA, la cifra está en la parte baja del mercado europeo. Es comparable a Italia, donde el coche eléctrico tampoco termina de despegar y quedó en un 4,2%. Pero está muy lejos de Francia, que roza el 17%, de Portugal, que también roza el 20% o de los países nórdicos, donde Suecia está disparada a un 35%, Dinamarca a un 51,5% y Noruega ya rozó casi la totalidad de los coches vendidos en 2024.

Para entender la idiosincrasia de cada país hay que tener en cuenta las características que giran alrededor del coche eléctrico. Sin embargo, hay algo que no falla: allí donde las ayudas han sido sencillas y estables en el tiempo, el coche eléctrico ha terminado por despegar. Donde se han retirado, el coche eléctrico ha retrocedido.

¿Cuál es el plan para España?

Las ayudas al coche eléctrico en España parecen ser un problema eterno por resolver. La última piedra en el camino ha llegado con la última prórroga del Plan MOVES III.

Para entender lo sucedido hay que echar la mirada atrás. En los últimos días de 2024, el Gobierno aprueba una nueva prórroga del Plan MOVES III. Durante los 20 días siguientes, el proyecto funciona sin sorpresas pero una votación de un decreto ómnibus que contempla estas ayudas (y otras de gran calado como la revalorización de las pensiones o las ayudas al transporte) no sale adelante.

Sin el visto bueno del Congreso de los Diputados, todo cae y, con ellas, las ayudas del Plan MOVES III. Desde entonces, el clima político parece haberse olvidado de las ayudas a la compra del automóvil. Se habla de presentar, de nuevo, el mismo decreto ómnibus sin cambios o de votar por separado algunas cuestiones pero poco o nada se ha dicho de si renovar el Plan MOVES III es una de las prioridades.

Es la puntilla a un proyecto de ayudas que hace tiempo que está en en el ojo del huracán porque se le considera engorroso, poco ágil y, sobre todo, ineficaz. La teoría es buena (ayudas de hasta 7.000 euros en la compra de un coche eléctrico y un descuento obligatorio por parte del concesionario de, como mínimo, otros 1.000 euros) pero su aplicación desanima a los futuros compradores.

Cada prórroga del Plan MOVES III en los últimos años ha venido marcada por una enorme incertidumbre. A finales del pasado mes de diciembre, el Gobierno no había aprobado una renovación que, finalmente, ha sido ineficaz. Pero la forma de actuar se repetía en las prórrogas anteriores.

Sin embargo, el verdadero problema es cómo se gestionan las ayudas. El Estado cuenta con unos fondos que se entrega a las comunidades autónomas. Los organismos regionales aplican, como cada una decide, el procedimiento para presentar las solicitudes y entregar las ayudas. En algunos casos, por ejemplo, se puede realizar el trámite mediante el concesionario y en otros sólo puede hacerlo el futuro comprador.

Esto llegó a generar un dislate entre administraciones que dejó ayudas sin entregar durante tres años y 250 millones de euros aprobados a los compradores para los que no había fondos. Era julio de 2024. Meses antes, el Gobierno ya se había comprometido a cambiar el Plan MOVES III y propuso unas ayudas que se descontarían en el momento de la compra.

La solución que han encontrado los fabricantes es la de adelantar ellos el Plan MOVES III con un crédito sin intereses por valor de la ayuda que se recibirá y que hay que devolver en un plazo marcado que suele ir hasta los 18 meses. En ese tiempo, el comprador debería haber recibido el dinero y devolvería el crédito al fabricante.

Sin embargo, un año después de aquellas promesas, en España no se habían cambiado las ayudas a la compra. Y, lo que es peor, han caído estas ayudas y no hay un plan sobre la mesa para aprobarlas con un calendario cerrado.

Sin ayudas, no hay coche eléctrico

Lo peor para España es que los datos nos dicen que, sin ayudas, no hay coche eléctrico. Incluso los países donde más coches eléctricos se compran (porcentualmente o por volumen) como son Noruega y China han construido unas ventas sólidas de este tipo de tecnología con múltiples y constantes ayudas a la compra.

No son los únicos. Como recoge ACEA, Portugal no aplica impuestos a la compra de coches eléctricos y los reduce en un 75% si son híbridos enchufables. Tampoco aplica impuestos a la posesión del vehículo (como el impuesto de circulación español) y tiene reducciones fiscales para las empresas. Además, entrega 3.000 euros de ayuda a la compra de eléctricos en coches de hasta 62.500 euros.

En Suecia y en Dinamarca no hay ayudas directas a la compra con descuentos pero sí se mantienen exentos de impuestos (o con importantes descuentos) la adquisición de los coches eléctricos o su mantenimiento. Francia, donde el coche eléctrico ha caído ligeramente pero cerca de dos de cada 10 vehículos vendidos son eléctricos también entrega ayudas a la compra similares a las de España.

España ha crecido en coches eléctricos vendidos en 2024 pero su cuota de mercado se ha reducido ligeramente

Italia, con peores cifras de vetas que España entrega ayudas a la compra de mayor cuantía pero a coches de precio inferior a 35.000 euros (10.000 euros menos que en España) por lo que los coches elegibles son menor en número y en atractivo. Además, tiene mayores descuentos pero el coche no puede superar los 30.000 euros, lo que limita mucho la aplicación de estas ayudas.

Pero donde ha quedado claro que el coche necesita de ayudas es en Alemania. Allí se ha vivido el primer año sin subvenciones al coche eléctrico. El motivo, como en España, no fue consecuencia de dar la espalda a la tecnología. Se basó en una mera cuestión burocrática y formal, tumbando las ayudas la justicia.

El resultado ha sido catastrófico y, pese a todo, compran muchos más eléctricos que en nuestro país. En Alemania, el coche eléctrico ha conseguido una cuota de mercado del 13,5%, por el 18,4% del año anterior. Las ventas han quedado en 380.609 unidades. La cifra está muy lejos de los 524.219 coches eléctricos registrados en 2023. Concretamente, es una caída del 27,4%.

A todo lo anterior hay que añadir que, con las ayudas a la compra, también han caído las ayudas a la instalación de cargadores de coches eléctricos que se contempla en el Plan MOVES III. Un extra económico que puede llegar al 80% del coste total de la instalación, lo que supone todo un aliciente para quien busque coche eléctrico nuevo y tenga plaza de garaje.

Un país que quiere girar alrededor del coche eléctrico

El contexto actual del coche eléctrico es, además, especialmente contradictorio.

En los últimos meses España ha intentado posicionarse como un referente en al producción de coches eléctricos y una región atractiva para seguir atrayendo este tipo de industria. De hecho, España se juega un mercado clave con la renovación de su industria pues el automóvil representa casi el 8% del PIB de España.

La producción de automóviles lleva décadas ligada a nuestro país. Así, España está ofreciendo a los fabricantes la posibilidad de modernizar sus plantas (como Vigo y Zaragoza por parte de Stellantis o Martorell por Volkswagen), proponer suelo a fabricantes chinos (la planta de Nissan en Barcelona y la llegada de Omoda) y ayudas que también están disponibles para levantar nuevas plantas de baterías (CATL en Aragón o Volkswagen en Valencia).

Los costes laborales y energéticos de España le convierten en un país mucho más atractivo que Alemania donde los fabricantes están aplicando severos despidos o empiezan a dar la espalda a la construcción de futuras fábricas.

Además, tiene una ventaja frente a Marruecos o Turquía, donde sus acuerdos con la Unión Europea también promocionan como virtud para levantar plantas de coches eléctricos: su historia. Décadas de experiencia facilitan la llegada de nuevos fabricantes que tendrán que hacer menos esfuerzos en la formación de nuevos empleados. Su posición estratégica, con múltiples puertos y salida al Atlántico y el Mediterráneo es otro de los grandes alicientes.

Desde AEDIVE (Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica) eran claros en declaraciones a ABC: sin ayudas se lanza "un mensaje contradictorio a la sociedad en un momento crítico para acelerar la electrificación del transporte. Esta situación dificulta el cumplimiento de los objetivos establecidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) y genera incertidumbre tanto para las empresas como para los ciudadanos". 

El mayor problema que se atisba de cara al futuro del coche eléctrico en España es que no hay una hoja de ruta para la aprobación de nuevas ayudas a la compra. Hace meses que no se habla de un nuevo proyecto en el que se hayan reconfigurado cómo y cuándo se entregan estas ayudas para que dejen de depender de las comunidades autónomas.

Y todo nos dice que sin un proyecto de subvenciones sostenido en el tiempo, el comprador no parece estar dispuesto a dar el salto al coche eléctrico. Más si cabe en un país donde la mayor parte de los coches más vendidos son de gama baja o media baja.

Foto | Xataka

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