El lunes, Nature Materials publicaba un artículo de unos investigadores de la Universidad de Cambridge que básicamente se resumía en "acaban de descubrir un nuevo estado de la materia". Lo curioso es que si buscábamos un poco por internet descubríamos que, valga la redundancia, ya lo había descubierto el MIT en 2012 y, de hecho, se había publicado en la misma Nature. Es más, el titular con el que se comunicó es el mismo: "descubren un nuevo estado de la materia". ¿Cuántas veces se puede decir que hemos descubierto exactamente el mismo descubrimiento?
Más allá de la anécdota, esto es un síntoma de algo que viene ocurriendo desde hace mucho tiempo: el sistema de innovación científica se está rompiendo por las costuras y se encuentra en medio de una profunda crisis. Un día, dentro de menos años de los que creemos, alguien rodará la versión científica de 'La Gran Apuesta' y nos preguntaremos cómo es que no lo vimos. Porque si una cosa está clara es que las pistas están aquí.
La ciencia más allá de mitologías

La ciencia, durante siglos, siempre fue un trabajo relativamente aburrido. Un hobby al que se dedicaban aquellos que tenían tiempo y, sobre todo, recursos para gastarlos en juegos de laboratorio o largas listas de plantas y animales. Para aquellos que no tenían posibles y, aún así, querían dedicarse 'profesionalmente' a este tipo de cosas, el único camino viable era encontrar un mecenas (un potentado con inquietudes artísticas, humanistas o científicas y ganas de pasar a la posteridad) que les echara una mano.
La práctica científica ha cambiado para adaptarse al entorno social y político donde se desarrollaba
La mayoría de la veces, saber moverse por los pasillos del poder y el dinero era la clave para que un 'científico' pudiera hacer su trabajo. Hoy sabemos que Galileo, antes que ser el luchador insobornable por la ciencia y la verdad que todos creemos, era sobre todo un magnífico cortesano cuya carrera ascendió debido al mismo motivo que le hizo caer: por el papel que jugaban sus ideas heliocentristas en el conflicto político que sostenían la Florencia de los Medicis y la Roma de Urbano VIII.
A lo largo del siglo XX, cuando la humanidad acaba de descubrir que la misma ciencia era capaz de lo peor y de lo mejor, ésta pasó a convertirse en otro escenario más de la Guerra Fría. En ese momento (en realidad, un poco antes), comenzamos a desarrollar un sistema que nos permitiera identificar más claramente qué era ciencia y qué no (una forma de distinguir las cosas a las que merecía la pena dedicar recursos y las que no). Y ese sistema funcionó relativamente bien hasta que descubrimos que se podía crackear para conseguir poder, prestigio y, sobre todo, mucho dinero.
La ciencia en descomposición

Soy consciente de que debemos ser cuidadosos en esto. No se trata de hacer una condena total e irreflexiva: eso sería no solo injusto sino ridículo. Se trata de ser consciente de que es difícil encontrar alguna institución científica que no esté afectada por la crisis actual. Hoy, las revistas académicas que nacieron como foros de conversación, se han convertido en juez y parte de un juego con las cartas marcadas. Hoy, las oficinas de comunicación y transferencia de las universidades que nacieron para acercar academia y sociedad, se han transformado en departamentos de marketing y su trabajo se ha vuelto indistinguible de cualquier empresa con una agenda comercial propia. Hoy, las conferencias científicas más importantes del mundo, que nacieron para compartir el conocimiento y favorecer la cooperación científica internacional, se han convertido en escenarios donde los distintos equipos de investigación tratan de venderse al mejor postor.
La crisis de la replicación en psicología no es más que el primer síntoma de un problema mucho más profundo en el corazón mismo de la ciencia contemporánea: incentivos perversos, colegios invisibles, élites extractivas, desequilibrios institucionales, estructuras de financiación mal diseñadas y lamentablemente mucho más.
El fin de la inocencia

Sydney Brenner, premio nobel de medicina, está convencido de que esta deriva está destruyendo la innovación científica. Parte del discurso de Brenner, hay que tenerlo en cuenta, se fundamenta en cierta melancolía por la vieja forma de trabajo de su juventud.
La fortaleza de la ciencia no se basa en la bondad de los científicos, sino en la solidad del sistema institucional
Pero no está del todo equivocado. Martin Seligman, uno de los psicólogos académicos más conocidos del mundo, escribía hace unos años: "poseo vasta experiencia en recaudar dinero para investigación. He pasado buena parte de mi vida adulta pidiendo fondos casi de rodillas de un organismo a otro. Las palabras no son suficientes para describir cuan agotador e incluso degradante es recaudar dinero para la ciencia". No es aventurado pensar que precisamente esto es uno de los factores sociales clave que llevó al mismo Seligman a crear el 'movimiento' que conocemos como Psicología Positiva.
Cuando, al hablar de ciencia, nos vamos directamente a la divulgación científica estamos dejando de lado todo estos indicadores que señalan claramente que debemos mirar más críticamente la ciencia como institución social e industria del conocimiento. Como afirma el profesor Jesús Zamora Bonilla, la verdadera fortaleza de la comunidad científica reside en haber sido capaz de crear un sistema institucional que obliga a los científicos a buscar la verdad para cumplir sus objetivos personales, profesionales y de estatus. El sistema está en una crisis profunda, pero aún no está roto.
¿Cómo nos enfrentamos a esto?

El papel de la sociedad civil en el mantenimiento de este sistema es cada vez más importante. Como explicaba Javier Salas, redactor y cofundador de Materia, la realidad es que la ciencia no es algo demasiado distinto a, por ejemplo, unas elecciones. "No es opinable el dato científico, como no es opinable el número de escaños que ha sacado cada partido o el porcentaje de voto que ha obtenido; pero sí es opinable la transcendencia que tiene esos escaños o ese porcentaje".
Si tenemos esto en cuenta, hay muchos temas donde necesitamos a la sociedad civil hablando de "la transcendencia o el enfoque de los resultados, de si hay que seguir trabajando en esa línea de investigación, de si es congruente con otros descubrimientos o de su importancia para la sociedad". La ciencia ha dejado de ser un sitio neutral y aséptico (si alguna vez lo fue), para convertirse en algo mucho más interesante y sobre todo más humano. Va siendo hora de que asumamos esto y actuemos en consecuencia porque, a día de hoy, nos hemos convertido en una parte fundamental del proceso científico.
En Xataka | Sci-Hub, el 'pirate bay' de los papers científicos En Magnet | Lo que hay detrás del fraude científico: ¿por qué, cuánto y cómo se realiza?
Ver 22 comentarios
22 comentarios
luizja
Desde que "hay que presentar resultados por parte de los investigadores para poder seguir recibiendo apoyo" todo se fue a la mierda.
Land-of-Mordor
Mientras la investigación científica era un asunto de índole público se mantuvo en una situación casi objetiva sin grandes "chorradas" como decir dos veces que se ha descubierto lo mismo (lo mismo en el fondo el segundo artículo habla de un mejor conocimiento de lo que exponía el primero, pero luego viene el reduccionismo periodístico del "titular" y ahí se mete la pata). Después, sobretodo a partir de los '70 bien por los efectos de la crisis del petróleo, bien por motivaciones ideológicas, o por ambos motivos, se considera que el peso de la inversión en investigación científica tiene que pasar del ámbito público al privado. Ahí es cuando se "abandona" la investigación como fin social y se convierte en negocio. Y como todo negocio necesita publicidad y que desarrollar sólo lo que pueda dar beneficios a corto o a medio plazo. Como consecuencia tenemos el "parón" científico que se viene dando desde esa época (mucho avance en tecnología aplicada al consumo pero poco avance en materias no relacionadas con ese ámbito) y el ansia por publicar lo que sea para tener repercusión y por tanto financiación.
eufrasio
Un tema muy interesante. Y bastante incomodo de abordar, la ciencia es la nueva religion y por lo tanto cuando criticas cualquier cosa relacionada con ella enseguida te tachan de hereje (magufo).
Sin embargo los mismos editores jefes de "The Lancet" y el "New England Medical Journal" han dicho que la ciencia ha tomado un camino oscuro y en las revistas cientificas de referencia, por lo menos la mitad de todo lo que se publica es basura, estudios estupidos o con resultados insignificantes y defensa de intereses creados. Y que ya no pueden confiar en lo que ellos mismos publican.
oubeador
Esto es lo mismo que pasa con los blogs. Mil entradas, 600 repetidas.
Land-of-Mordor, chapeau.
oletros
"¿Cuántas veces se puede decir que hemos descubierto exactamente el mismo descubrimiento?"
Pues no lo se, pero en este caso en concreto no es exactamente el mismo descubrimiento como queda bastante claro en el abstract de los artículos originales.
abelnightroad
No sé qué definición de "ciencia" tienen algunas personas, quizás su definición es algo así "conjunto de todas las universidades, organizaciones y laboratorios del mundo inter-conectados para llevar una investigación acabo".
Pues sí, MIT hizo el descubrimiento primero, así que debieron soplarle a la Universidad de Cambridge y a todas las universidades del mundo: "No investiguen esto, ya lo descubrimos nosotros".
¡Pero esperen! Cambridge replicó la investigación e hizo el mismo descubrimiento. Y ya con esto la ciencia no es de fiar, está decayendo y es una especie de "religión" como estoy leyendo en algunos comentarios.
Que una institución haya realizado un descubrimiento tras otra haberlo hecho público antes, no es razón para armar tanto alboroto. Ese tipo de cosas pueden pasar, son seres humanos, ni son omniscientes u omnipresentes para saber todo lo que ocurre a su alrededor. La ciencia tampoco es perfecta, ni se define así misma como perfecta, uno de los factores que debemos recordar antes de decir este tipo de cosas sobre ella.
Para ser honesto, esto debería ser una razón más para fiarse, que dos instituciones hayan llegado a la misma conclusión.
También es importante no confundir la ciencia con la pseudociencia.
vegaquark
solidad no, solidez.
bycer
"Soy consciente de que debemos ser cuidadosos en esto. No se trata de hacer una condena total e irreflexiva: eso sería no solo injusto sino ridículo. Se trata de ser consciente de que es difícil encontrar alguna institución científica que no esté afectada por la crisis actual"
Cualquiera lo diria leyendo el titular amigo...
arastuu
PARTE I
Aunque puedo respetar la conclusión final de que la calidad y honestidad de los científicos debe aumentar y no disminuir. Este artículo contiene suficientes falacias que no ayudan a explicar las dificultades que ha experimentado (y experimenta) este gremio:
1) "La ciencia, durante siglos, siempre fue un trabajo relativamente aburrido" esta frase denota una gran falta de conocimiento de la práctica científica. La ciencia puede ser dificil (como cualquier tipo de actividad que requiera preparación) pero no aburrida. Imaginemos una persona invidente que dijera que el sentido de la vista es aburrido. Ciertamente esta persona podria seguir disfrutando de una realidad infinita pero la capacidad de ver la profundidad de las cosas y discubrir su importancia en las diversas escalas del cosmos es fascinante para cualquiera capaz de ejercitar su curiosidad.
2) Me parece increible que un artículo que discute el estado de un gremio o de instituciones publicas no mencione el empobrecimiento de estas estructuras. Esto es particularmente sangrante en España. Tomemos el caso de un científico ordinario con las siguientes ocupaciones: Participar en cursos universitarios como profesor o asistente, supervisar el trabajo de estudiantes de doctorado, trabajar en el diseño y/o fabricación de nuevos instrumentos y gestionar sus gastos, trabajar en la divulgacion del trabajo realizado realizando actividades externas desde escuelas infantiles de verano hasta conferencias internacionales, mantenerse informado de los avances cientificos de la comunidad así como de las nuevas herramientas que se utilizan. Esto incluye en muchos casos repetir estos estudios para comprobar su veracidad. Finalmente el desarrollo de hipotesis cientificas y su análisis experimental o teórico. De todo este trabajo, que abarca todas las actividades necesarias para preservar el conocimiento heredado, solo el último se utiliza para cuantificar el mérito del científico. Este valor va desde mantener su trabajo hasta conseguir dinero para poder contratar a más gente. Hay que explicar que ademas este individuo en muchos casos va a pagar porque su trabajo se publique. Imagine usted que en el gremio de la música, un cantante solo cobrara por realizar conciertos pero que su trabajo dependiera del número de canciones por las que ha pagado a itunes para esta compañía las ponga en venta. El problema es más grave en el sistema científico (como explican sus citas) porque son las instituciones científicas las que tienen que pagar también por estas publicaciones para que sus empleados esten al corriente de los últimos avances (que son muchos y muy competivos). Se puede imaginar como de crítica es la situación si ademas estos trabajadores han sufrido recortes tanto de personal (secretariado, estudiantes de master/doctorado, técnicos...) y económicos. Como puede imaginarse es frenética la necesidad de publicar para mantenerse en la profesión.
arastuu
Parte II
3) "La ciencia en descomposición" semejante premisa debería defenderse con algún argumento. El conocimiento científico nunca ha estado en un momento tan fascinante: Nuestros artificios salen del sistema solar y se pasean por otros planetas, sustancias químicas pueden ser producidas y distribuidas hasta llegar a erradicar enfermedades que han destrozado generaciones o nuestra ingeniería combinada con nuevos lenguajes matemáticos producen aparatos maravillosos que ustedes describen todos los días. El problema no es que la ciencia este en "descomposición" la dificultad es la misma que sufre toda la sociedad moderna: Se necesita mas justicia y mas igualdad. En el momento actual la ciencia fundamental sufre una discriminación. Tomemos por ejemplo la astrofisica: Puede ser juzgada como ineficaz para contribuir a la comunidad y sin embargo los fondos de esta disciplina se utilizan para llevar al limite los productos de la electrónica, la óptica y la computación: Los pilares de nuestra sociedad. Algún día habrá espectroscópios tan avanzados y minúsculos que podran analizar cualquier parte de nuestro cuerpo lo que nos permitirá identificar cualquier enfermedad inmediatamente. Esto será gracias en parte a que en la actualidad se han estos instrumentos ven las primeras galaxias del universo. Sin embargo, como estos estudios y esta ingeniería no producen suficientes papers o patentes es necesaria una gran lucha para mantenerlos.
Finalmente, me gustaría decir que estoy de acuerdo en que la ciencia es interesante, además, porque es algo humano. Sin embargo, cualquiera que sea familiar con la historia de la ciencia sabe que siempre ha sido algo humano. Ciertamente, esto no quiere decir que este motivado por las más nobles emociones. Grandes avances científicos se han realizado gracias a odios, competitividad y negación. Sin embargo, los grandes avances de la epoca moderna se han conseguido porque más y más gente tiene acceso a la educación y han podido contribuir con su visión.
Los problemas de las instituciones cientificas son los mismo que sufren el resto de los gremios: Menos recursos distribuidos con mayor discriminación. A pesar de estas dificultades el trabajo sigue siendo maravillo y lleno de recompensas. Lo triste es que la sociedad tardará mas en disfrutarlas y a un mayor precio.